Este comercial con forma de película de cine mudo cuenta una historia de amor muy particular. Luisa llega a la casa de un joven que tiene una rara deformación en sus manos: en lugar de dedos tiene botellas de cerveza.
La señorita dará lo mejor de sí para que el muchacho aprenda a usar esas extrañas manos. Lo ayuda a afeitarse, le enseña a acariciar a su gatito, a bailar...
El se siente frustrado por no tener manos normales, al punto que un día estalla de furia al no poder poner un disco en el gramófono (bueno, el tocadiscos).
Pero un día todo cambia: gracias a la nueva botella de cerveza Andes con boca ancha, sus manos vuelven a ser lo que era y ya no necesita la ayuda de su enamorada.
La música que acompaña está acreditada al productor argentino Ezequiel Kronenberg.
Me parece muy mala la publicidad. Pareciera destinada a un público joven masculino, pero ambientada en una especie de historia romántica que interesaría a un público femenino.
ResponderBorrarConclusión, le llama la atención a una mujer que empieza a ver la publicidad y luego termina siendo destinada para un hombre.
Definitivamente mala.