Allá por el año 2009 la AFIP sacó uno de sus tantos planes de blanqueo de trabajadores no registrados, o como se dice popularmente "en negro". Así que don Carlos, patrón de una metalúrgica, decide poner en blanco a todos sus empleados y se los comenta personalmente: "Bueno muchachos... lo que les vengo a decir es que... desde hace cinco minutos están todos en blanco". Los muchachos estallan en un aplauso: "Bien don Carlos!". El comprador empresario de ojos claros sigue dando la buena noticia apelando al idioma portugués: "Así que a partir de ahora tudo bom, tudo legal... la verdad es que no lo habíamos hecho hasta hoy porque las cosas estaban bravas y queríamos salvar el boliche... estamos contentos."
Y así es que don Carlos con su tudo bom, tudo legal pasa a formar parte de la lista de fráses célebres de la publicidad argentina.
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