Para el Mundial del año 2006 en Alemania no podía faltar el clásico comercial de estilo épico y emotivo de cerveza Quilmes. En aquella oportunidad tuvo muy buena llegada al público, con esta mezcla de "benditos sean..." y "malditos sean": benditos los jugadores, el potrero, la televisión, los sponsors, el himno, las cábalas, las emociones; malditos los sorteos, los grupos de la muerte, las vueltas tempranas, los controles antidóping, los que pegan... Y cerraba con "Quilmes, del lado del corazón" como para hurgar bien en el fondo del sentimiento patriótico pre-mundialista.
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