Estos tres amigos poco agraciados (uno de nariz prominente, uno que tiene unos kilos de más y otro que no se destaca por su altura) no tienen problema en usar sus apodos a modo de burla. Pero a la hora de salir con chicas tienen que dejarlos de lado para no pasar vergüenza:
- Adelante de las chicas nadie me diga "sifón"
- A mi nadie me dice "gordo", y a vos nadie te dice "chichón"
- Listo!
¿Saldrá el plan de la manera esperada y tendrán éxito con las señoritas?
Spoiler: no. Las cosas se desbancan muy rápido y las chicas escapan incrédulas ante el intercambio de agravios y apodos varios: lechón, picaporte, chancha, cara de timbre...
Pero al otro día vuelven a ser amigos como siempre y está todo bien porque "las minas van y vienen".
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