Graciela Alfano hizo varios comerciales, entre ellos éste de los años noventa. La vemos manejando un Peugeout 504 por la ruta y parando para levantar a un chacarero que se quedó varado. Ella va vestida de monja (y simula serlo) pero a la hora de manejar no se la ve tan "santa": acelerador a fondo, frenado brusco y giros no demasiado suaves.
Deja al tipo en un pueblo y sigue su camino hacia... una fiesta de disfraces. Eso explica todo ¡qué monja ni monja! (el diablito no resiste la tentación y le arranca parte de los hábitos). Y el chacarero no era tal, también iba para la fiesta.
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